¡Buenos días, Kiki!
No, para nada, no quiero que llores, incluso si fueras lágrimas buenas. Gracias a todos los cielos entonces por hacerte auténticamente un cachito de pan.
Te quiero mucho, muchacho, gracias por dejármelo saber también y por ser un ser humano tan maravilloso.
Igual ojalá pueda superar eso algún día y solo, dejarme ir, pero mientras tanto, ¡gracias por subirme los ánimos!