¡Helene! Que preciosa diosa ha venido a saludarme con su luz tan caóticamente deslumbrante. ¿Sabías que a donde vas atraes miradas? Debe ser por lo hermosa que te ves, no lo dudo. No me había considerado una hada de ensueño, pero si me lo dices seguido, lo comenzaré a creer. No se me quitará de mi cabeza de ahora en adelante. ¡CALLATE TU ESTÁS MÁS PRECIOSA! Jamás podrías llegar tarde y sí, esto parece distinto, como si fuera de otra planeta, lo cual me encanta. ¿Cómo estás, Lene? ¿La vida te traerá de vuelta? Deberías ser amigas.