Eli.

Eres libre de pensar lo que quieras, pero no tengo ninguna razón para mentir. Simplemente no es relevante para mí. ¿No? Dime, ¿cómo debería funcionar entonces? ¿Debería caer rendido ante ti ahora que, por fin, has decidido que merezco tu atención? Quel dommage, chéri. Estás tan equivocado si crees que será así de sencillo ahora. Tú mejor que nadie deberías saber que no soy una persona fácil de complacer. Vas a tener que esforzarte mucho más que eso, Helios. Puedes hacerlo, ¿verdad?

Hm, al parecer no tengo tanta suerte... qué mal. Aunque te aseguro que ni hubiéramos notado tu ausencia. O al menos en mi caso así hubiera sido. Ah, claro, ¿cómo podría olvidarlo? ¿No será que los pones ahí a propósito, Helios? No tienes vergüenza. Pero está bien, intentaré ser... muy cuidadoso.

Oh, genial, estás aquí. Apaga ese maldito cigarro si no piensas invitarme uno, ¿quieres? Es de mala educación, y tampoco es agradable que me estés echando todo el humo en la cara, idio— Hmph. Te importa un bledo, ¿cierto? Por un momento olvidé lo odioso que eras. Solo estoy perdiendo mi tiempo.