Ἥλιος

¿Pedir?

Ocupo un griego para que Tezca eche chisme, te chingas

@cnci-laikan  
            
            // Lo estoy considerando. 

Te juro que pensé que lo habías borrado. 

@SoyHeliosP  
            
            En ese caso, yo también tengo un hijo.

@SoyApofisP  
            
            Por supuesto que no, todo se adelantó a como lo tenía planeado...

@SoyHeliosP  
            
            ¿Y lo es está?

No, no es un truco de magia -hizo levitar el sol hasta el dios, una vez en frente de este con un simple movimiento de su mano lo convirtió en collar sonriendo- es magia y por cierto buenos días 

Cierto, disculpe mis modales, buenas noches, espero que descanse muy bien señor Helios, siga brillando -le mira sonriendo mientras con su mano crea un pequeño sol- 

   Claro que sí, papi.
            
            @SoyHeliosP  

Al final, siempre le gustaba saber y reconocer lo que provocaba en su amado, verlo andar con una marca previa al recuerdo de este momento sería glorioso y satisfactorio para él egipcio y eso que aún deseaba ver más marcas en su cuerpo virgen. Es que no se imaginaba verlo tan elegante con sus trajes tan delicados, planchados y limpios y en su cuello, heridas de dos orificios, algo sucio y lascivo si se lo preguntaban. Relamio sus labios que ya secos estaban, alejó con sutileza la mano de Helios de ambas partes, para poder reemplazarla con la suya, pero darle más atención al miembro contrario. Movía su mano de arriba hacia y viceversa, asegurándose de tocar incluso hasta sus testículos y jugar un poco con ellos. — Creeme no me he quedado sin ideas — mencionó roncamente mientras reemplazaban la posición, Apofis se aseguró de que su amado quedara abajo de el, de espaldas, exponiendo mas que nada su lindo trasero y en cima de él, pues el mismo egipcio —Vamos a jugar un poco, primor — mencioné cuando me acerque a su oreja y comencé a susurrarle — Solo levanta un poco las caderas — se aseguró de que abriera bien las piernas para posicionar su miembro sobre el trasero de su amado y comenzar a rozarlo sobre este mismo. — primero porque no, un juego premio — jadeo cerca de su oído y a la vez lo lamio. 
            
            El calor que sentía él egipcio, permanecía en su interior, aunque sentía más la necesidad de penetrarlo de una vez, no quería hacerlo aún, quería seguir con los juegos que proponía el sol.

— Solo un recordatorio, de a quien le perteneces ahora — demandó con voz gruesa y en alto, haciendo una mueca en el camino, no le agradaba la idea de que él otro andara por ahí, sin un recordatorio de esta noche o un propio recordatorio de él. Solo se acomodó mejor de dónde estaba, claramente molesto por haberle mandado a que esperara, pero es que necesitaba verlo desnudo, ver su cuerpo, reclamarlo, pero adoraba los juegos, no lo iba a negar. Bufo molesto y alejó la mano del pantalón de Helios y solo lo miró desde abajo, molesto. — ¿Qué? ¿Que quieres hacer? Habla ya — Hizo una mueca y solo espero, aunque por lo mientras recorría con su mirada cada detalle del cuerpo ajeno, inclusive si aún no se quitaba el resto de la ropa. —

No le pareció que Helios se bajara de sus brazos, incluso había forzado un poco que no lo hiciera, quería tenerlo solo para él y que cumplida cada una de sus órdenes, pero no se quejaba la acción que hizo, ya que ahora lo tenía nuevamente en cima de él, tan resplandeciente, con una mirada llena de deseo, su cuerpo marcado por mordidas y recientes besos, sumamente llamativa su piel y recordar cómo había proclamado cada zona de su pecho y estaba sumamente deseoso por seguir. Era un gran paisaje para él, incluso había gemido en respuesta. — No tendré piedad, quiero que entiendas a quién le perteneces ... — gruño con un tono de voz demandante, enderezandose hacia el para tomarlo por su cabello y tirar hacia tras de él con un poco fuerza, exponiendo más su cuello, deleitándose con su piel blanca. — Sólo tú eres mío Helios, nadie te puede coquetear o mirar, solo yo — De un momento a otro clavo sus colmillos en su cuello, sin piedad, sin tener cuidado de maltratar la piel, solo sería un bello recordatorio que se quedaría plasmado y visible en su cuello. 
            
            Su mano libre comenzó a desabrochar el pantalón de su amado, algo desesperado por la pasión y exitación