— Al sentir sus labios con los del contrario, se quedó estática, sin saber muy bien que hacer. Pero no tomó mucho tiempo, cuando puso sus manos sobre las de él, que aún seguían en sus mejillas. En cuanto se separó, lo miró unos instantes, aún un poco sorprendida y emocionada por lo que acababa de pasar. — ¿Eh? Escoba... ¿Qué escoba?