Por Merlín, creo que por primera vez me dejaste sin habla. Yo... Realmente no sé qué decir, siendo sincera pensé que todo aquello era una broma entre Sirius y tú y por eso me resultaba completamente irritante. ¡Me parecía imposible! Imposible el hecho de que tú, James Potter, capitán del equipo de Quidditch, sangre pura, popular y todos esos títulos extravagantes que tienes, puedas fijarte en mí de esa manera. Siempre te vi como un idiota que quiere llamar la atención de todos, que necesita reconocimiento a cada instante, pero fue inevitable no fijarme en ti luego de estos tantos años en los que has intentando salir conmigo. ¿Qué puedo decirte? No te voy a mentir, Potter, has sido una completa pesadilla pero he de admitir que siempre admiré tu dedicación y esfuerzo por llamar mi atención. También debo destacar tus increíbles notas, me esfuerzo en pasarte en algunas materias solamente para no quedar como una perdedora al lado tuyo, maldito sabelotodo.
Lo que quiero decir es que a pesar de todo lo que diga sobre ti, me es inevitable no amarte. Y sí, también me gustas, Potter. Me gustas tanto que no puedo concentrarme en mis estudios mientras pienso en ti. Está bien, lo dije, ¡pero borra esa sonrisa tonta de tu rostro! Harás que mis mejillas se pongan más rojas que mi propio cabello, ya estoy empezando a avergonzarme de esto.