Jason

No bitches.

Tengo hambre, alimentame, alimentame, alimentame.

Mmmmm.

No. Ni mañana, ni pasado, ni nunca. Te vas a volver un sesos de halga.

¿Ora? ¿??? solo estuviste cómo medio siglo afuera y parece que eres mexicano chafa..

¿que muerdes? ¿y si lo dejas? y ¿me muerde a mi? mejor.

Si me amarás tuvieras mi KFC, pero no lo veo en ningún lado. </3 

Mil veces... pero hagamos que sea mil una veces, ¿sí? —susurró Acuarel moviendo su cadera en círculos mientras se sostenía de los hombros de su novio. Este lo tomó del rostro y lo besó con algo de fuerza. De su boca escapó un quejido, pero estaba demasiado satisfecho como para quejarse.

De su boca salió un jadeo involuntario, y su cuerpo se sentía tan ardiente que creía que se quemaba por dentro. El agarre lo puso de puntas, con los nervios a flor de piel. De su boca escapó el nombre del chico, entrecortado por el jadeo: —Ja-Jason... —susurró, con una fina línea de saliva uniendo sus labios.Tenía la mirada adormecida y avergonzada, con las mejillas aún rojas de excitación. Sus manos recorrían el pecho de su novio, examinando cada músculo, mientras en su cabeza se formaban turbias fantasías.

Su respiración se volvía más agitada al ritmo del beso, que se hacía más rápido y un poquito agresivo. Se acomodó en su cuerpo con algo de nervios, pues era la primera vez que se ponía de ese modo. Su boca se dejó llevar hasta que quiso introducir su lengua, pero se dio cuenta de lo que iba a hacer y quiso separarse, aunque la mano fuerte del contrario lo hizo aferrarse más a él.

Acuarel lo siguió con la mirada cuando se apartó, sintiendo cómo su cuerpo reaccionaba a cada palabra con ese tono que lo volvía loco. Soltó una risa suave, entre juguetona y rendida, y dio un paso hacia él, acortando nuevamente la distancia. —¿Y si te lo digo qué, Jason? —susurró con descaro, alzando una ceja, justo antes de tomarlo del cuello de la camisa y atraerlo con firmeza pero sin brusquedad. Sin darle tiempo a replicar, lo besó, profundo y con hambre contenida, deslizando su lengua entre los labios de Jason con un atrevimiento que le sacó el aliento. No fue un beso dulce, fue uno que hablaba de deseo, de rendición, de un "haz lo que quieras conmigo" disfrazado de desafío. Y cuando se separó, apenas unos centímetros, murmuró con voz baja, entre jadeos: —Así… ¿o prefieres que tiemble después?

Acuarel no apartó la mirada ni un segundo, aunque su respiración se agitó apenas al sentir tan cerca el rostro de Jason. Una sonrisa suave, casi provocadora, se dibujó en sus labios mientras ladeaba un poco la cabeza, como si ofreciera su cuello sin decirlo. —Mmm… si son de esos que me dejan temblando un rato, no voy a decir que no… Jason —murmuró con voz baja, insinuante, dejando que su tono se volviera un suspiro al final—. Pero si vas a burlarte, por lo menos asegúrate de hacerme rogar después. - Sus dedos, temblorosos pero decididos, se aferraron al borde de la camisa de Jason, apenas tocándola, como si quisiera provocarlo un poco más.

¿haciendo méritos? ☺️☺️ O ¡ya se! ¿bailando? Nanana, mejor ven tú y dame un beso de esos que  duran demasiado.