Una joven bruja luminosa y soñadora, nacida en Provenza, al sur de Francia, entre campos de lavanda y viejas tradiciones encantadas. Juliette Delacour es mitad Veela, herencia que le otorga un aura cautivadora y una sensibilidad mágica poco común, capaz de ver belleza en lo más simple y lo más pequeño.
Desde niña fue instruida en la Haute Magie francesa, un arte ancestral que mezcla cánticos, símbolos y energía natural, transmitido por antiguos clanes del sur. Este aprendizaje la hizo crecer rodeada de misterio y delicadeza, con un amor innato por lo bello y lo natural.
Su llegada a Hogwarts fue peculiar: el Sombrero Seleccionador dudó más de cinco minutos antes de enviarla a Ravenclaw, convencido por su curiosidad y su imaginación. Sin embargo, Juliette siempre sintió que su corazón pertenecía a Hufflepuff, la casa de su mellizo Jules. En secreto, bordó pequeñas flores amarillas en su bufanda azul y bronce, como un guiño a esa otra mitad de sí misma.
Actualmente cursa su último año en Hogwarts, donde participa como porrista, brilla en el taller de Arte Mágico y canta en el coro, dejando que su voz clara y melodiosa se mezcle con la magia del castillo. Nadie sabe con certeza por qué ella y su hermano fueron transferidos desde Beauxbatons, y ese misterio, sumado a su dulzura natural, la ha convertido en una figura encantadora y enigmática dentro de los pasillos de la escuela.