𝘒𝘢𝘪𝘥𝘦𝘯.

- No puedo abortar, debido a lo avanzado que está. - tragó grueso. - Así que no pueden amenazarme 

- No quiero que nos separen, menos ahora que somos tan felices.- hizo un pequeño puchero 

Acarició su cabeza, observándolo con ternura. - Tenemos que hablar con mi padre, Kai. Cuánto antes lo sepa, mejor.

- Me gusta tenerte así.- Confesó, moviéndose junto a a él y soltando suaves jadeos

Soltó suaves jadeos, incorporándose para poder colocarse sobre él. - El jefe de policía, dominado por su pareja.- Tomó el miembro de su pareja y lo introdujo en su interior, moviéndose con lentitud 

Correspondió al beso, enredando las piernas en su torso. Alzó las caderas para poder hacer fricción entre ellos, soltando suaves jadeos por el contacto 

Bienvenido seas, por cierto 

- Me muero por dormir contigo todas las noches.- Confesó, acariciando su mejilla.- Que me abraces y yo te dé besos para que despiertes 

- Tengo todo preparado, ya sabes... por si las moscas.- mordió su labio inferior, fruto de los nervios que estaba sintiendo. 
            
            - Bueno... si tú tío no pone impedimentos, que así sea.
            
            La cena transcurrió con normalidad, con risas y bromas, entre otras cosas. La pareja no había hecho interacción alguna, hasta que la rubia subió al coche del pelinegro. - ¿Te a gustado la sorpresa?.

Voy, voy.- Tomó la bolsa de hielos y le siguió, acomodando su cabello despeinado.
            
            Al ver a su hija con su hermanastro, se acercó para tomar los hielos.- Hija, ¿Por qué habéis tardado tanto?
            
            - Ya sabes, ese sitio está tan desordenado.- esbozó una pequeña sonrisa, tomando asiento junto a su amante.- Pero antes de todo, me gustaría comunicaros algo.
            
            - ¿El qué? - preguntó el patriarca, sirviendo los hielos en los vasos.
            
            - Deseo irme a vivir con mi tío, para poder estudiar sin problemas ni limitaciones. - jugó con el tenedor, nerviosa por la situación en la que estaba.- Claro, si el tío lo desea.

Yo... soy su hija.- alzó un poco el mentón para mirarlo 

La rubia al ver al hombre, tragó grueso.- Mi señor, no deseaba importunarle. - la joven tenía la cabeza gacha y hablaba en un tono bajo.- Pero mi madre me dijo que estaba aquí.

Ese no es mi problema, ¿Tu qué le ves a ella?