Te amo con cada parte de mi corazón y de mi alma, Keigo.
Jamás terminaré de agradecerte todo lo que me aguantas, todo lo que escuchas, los miles de problemas que armo dónde sea que voy, siempre tienes el tiempo y la paciencia para consolarme y calmarme. En el primer mensaje jamás me imaginé que terminaríamos siendo tan unidos y tengo que confesar que desearía que ese mensaje te lo hubiese enviado hace muchos años ya, cuando solo éramos desconocidos con gente en común, pero hoy, tanto tiempo después, no puedo entender cómo pude pasar tanto tiempo sin vos en mi vida.
No te lo digo muy seguido, es algo que debería cambiar, pero sos uno de los pilares más importantes en mi vida y cada día estoy agradecida de que existas y que seas parte de mi.
Mi mejor amigo en el mundo, mi otra mitad, mi todo.