𝗸𝗶𝗿𝗶'𝘀 𝘁𝘄𝗶𝗻.

/agradecido por su explicación, el joven brujo lo observaba ahora con ternura. un ápice de cariño comenzó a envolver la calidez de su pecho, y consciente de la mirada ajena, se atrevió a mantenerla. no respondió a sus palabras: ni siquiera se esforzó por intentarlo, no cuando se encontraba tan centrado en beber de su boca. sus labios rozaron los del marqués infernal, y cálidos, la suavidad de lo que alguna vez fue un ángel caído quedó en ellos. se esforzó por seguir su compás, y danzó hasta el último segundo guiado por él. al separarse, un hilo de aquella unión bajaba por una de sus comisuras. respiró profundamente, antes de sonreír: probablemente la sonrisa más genuina que había brindado hasta ahora. levantó una ceja y una de sus manos se dirigió hacia sus propios ropajes, retirando un tanto de tela de los mismos para dejar su cuello al descubierto.     adelante.
          	  @SooyAmon

uno sumamente tierno y lindo... ¿sabes que siempre me gustaron los animales? no pensé que terminaría con un gran perro cuidando de mi, pero no me disgusta. /jugueteó, y el enorme dilema en el que se había visto envuelto desde que accedió a llevar a cabo el contrato pareció diluirse entre ellos ¿no era ese acaso un buen sentimiento? ¿no era más que un simple contrato? cuando comenzó a invocar demonios, no tenía esto previsto.      ¿mhm? ¿es así? que adorable... he domado a una bestia excepcional, estoy orgulloso de mi mismo— y también impresionado ¿qué es lo que me convierte en el "favorito" del gran amon? /su mirada se encontraba ahora desprovista de dureza, y sincera, evocaba la premisa de un fuerte pálpito que comenzaba a adoptar un nombre concreto.      ¿ya tienes pensado algún otro lugar en concreto? eres rápido y atento... me gusta. tienes toda mi atención, y no solamente por la cantidad de cosas que me temo que podrás enseñarme. ¿uhm? no te preocupes si no lo recuerdas... me aseguraré de llamarte todas las veces que sean necesarias para que hagas acto de presencia. /ladeó la cabeza, y sus ojos, de un índigo empapado de brujería, recorrieron el pelirrojo de su cabello. fueron a morir a las marcas de aquel recipiente: pecas en su tez, pálida.      siento mucho que tengas que aguantar a alguien que ha leído demasiado sobre los de tu clase... aunque he de admitir, amon, que me estás sorprendiendo gratamente. parece ser que ni siquiera tenías que esforzarte en hacerlo. mhm, entiendo... en ese caso tendré que hacer algo al respecto ¿no? aunque espero que ahora sea tu esencia lo que más llame la atención en mi, y no el rastro de un demonio que probablemente nunca llegaré a conocer.

escucharte hablar así me hace sentir como un perro, kishantri... como si yo no fuera un demonio que alguna vez jugó sucio en contratos. /habló en voz baja, pero sin aquel tono de advertencia. se veía sumido en sus propios pensamientos, hasta que comentó.   pero tienes razón. he decidido ser leal a ti y a este contrato que estamos formando... eres "mi favorito" en todos estos años. /elevó una comisura, hasta cierto punto enternecido.   mhm, veo que tienes mucho interés y con justa razón. te mostraré otros lugares también... siento que van a gustarte más que el ambiente en los clubes. ¿pasado mañana? bien, lo recordaré—... me agrada oír eso, los mantendré solo en ti. /la confesión escapó en un murmullo, mientras su cuerpo reunía tensión y su mirada se hacía pesada.   no, aún no... ¿eso también lo sabes? me arruinaste la sorpresa, eh. llevo algo de tiempo pensándolo, es difícil escoger si se trata de ti. ah, no es nada de lo que sorprenderse. como tú bien dices: logras ocultar las características físicas, entonces ¿qué pasa con la energía que emanas? ¿tu esencia? son cosas que por más que quisieras ocultar, hasta el demonio más pobre las percibiría. /su voz salió tranquila, como si no estuviese devorando a su acompañante con la mirada. lo curioso de esta oportunidad, era que sus ojos no reflejaban un deseo carnal. o al menos, no uno tan intenso.   conmigo puedes hacerlo, kishi. /susurró, tan genuino como juguetón. la tonalidad de sus mejillas fue lo último que apreció, debido a que fácilmente se perdió en el sabor de sus labios. aquello era algo que había estado esperando, quizá desde la primera divertida e interesante conversación que mantuvieron. por lo mismo, ahora movía sus labios contra los ajenos sin desesperación ni apuro; solo los disfrutaba. cuando cedió tiempo para recuperar aire, fue difícil resistirse a plantar un último y pequeño beso: no pudo evitarlo, el dulzor era único.   te marcaré en el cuello, kishantri.