la maldición no se percató de la sonrisa que dibujaba dulcemente la fisionomía de la hechicera: y si lo hizo, hizo caso omiso de esta. aún así, se encontró a si misma acariciando la superficie de aquél talismán, danzando las yemas de sus dedos por la brujería hecha palabras.
no estudió el rostro de la chamán hasta que hubo alzado su mentón. la piel humana se sintió cálida bajo su toque, como si uraume fuera a derretir la misma con sus heladas manos. por un momento tuvo la súbita idea de que aquel angelical y frágil ser mortal iba a romperse entre sus uñas, resquebrajarse en su presencia y flaquear ante ella. entrecerró los ojos y sonrió con sorprendente suavidad, a pesar de que en su naturaleza podía avistarse un ápice de maldad.
entonces, se cruzó de brazos. estiró únicamente la mano para tomar otro talismán, y lo leyó con parsimonia.
──recuerdo a helena. ──habló, su voz sonó más atenta que de costumbre, al menos cuando se dirigía a humanos. ──dime tu nombre, quiero saberlo. no me sirve saber que eres el quinto recipiente de fenrir. ──ladeó la cabeza, con latente interés. ──eres un recipiente especial. diferente a itadori yuji. ¿sabías eso?