Necesito a la chica que comía chocolate conmigo, la que quería ayudarme a derrotar al gilimalo, la que con su ternura hacía que mi padre me levantara los castigos, la que siempre estaba ahí para mí cuando la necesitaba, la que me ayudó a superar mi primer día de bachillerato, la que iba a venirme a recoger en unicornio para llevarme con ella, la que se emborrachaba con Red Bull y me pedía playboys, a la que vi crecer y hacerse una Kardashian sin culo, de las pocas, por no decir la única, por la que no me importaba meterme en peleas, la que me estresaba con sus salidas a fiestas y las consecuencias que acarreaba con ello, la que vivió miles de cosas conmigo y con la que todavía me quedan miles más por vivir.
Ha empezado un nuevo año, me dijeron que volverías y que no perdiese la paciencia ni la esperanza, pero con el tiempo estoy empezando a darme cuenta de que tal vez no vuelvas y realmente no sabes lo arrepentido que me siento por no haberme mantenido callado, tal vez de esa forma todavía estarías aquí. No puedo dejar de sentirme culpable por ello y por mucho que lo intente, no puedo evitarlo, necesito a mi mejor amiga, aquí conmigo.
Han pasado casi cuatro meses y de verdad que daría lo que fuese porque volvieses.
¿Recuerdas la promesa que ambos hicimos sobre no irnos de wattpad?
No podíamos hacerlo, no podíamos dejar al otro solo.
¿Qué ha pasado con aquella promesa, Leah?
Cuando te fuiste, más sabiendo que fue por mi culpa, me aislé de todos en wattpad y volví varias veces, pero tú seguías sin aparecer y las cosas fueron empeorando. Ahora, las cosas están realmente mal y más que nunca te necesito junto a mí, aunque sea para emborracharnos y hablar de puras idioteces, pero te necesito aquí.
Probablemente no vayas a leer esto, pero por intentarlo... Joder, ya no puedo perder nada. Tal vez tengas otra cuenta, fake o privada desde la que puedas leer esto, tal vez nunca lo llegues a leer, pero necesitaba desahogarme.
Extraña y quiere a su Súper Leah,
Súper Olaf.