Lili.

@SoyBonnieEverdeenGH 
            
            Le lanzó una mirada cargada de burla y esbozó una sonrisa perversa que, sin mostrar los dientes, dejaba claro sus oscuros deseos hacia la chica. Comenzó a dar pequeños pasos alrededor de ella, como si fuera una presa ansiada en ese mismo instante. Sus deseos ocultos por esta joven eran innumerables, pero su honor la frenaba de llevarlos a cabo. — No suenas muy segura de eso, Bonnie Everdeen — murmuró su nombre mientras emitía una risa sutil, manteniendo su elegancia y porte en cada movimiento. Luego, se detuvo y volvió a acercarse a ella, desplegando una mirada seductora e intimidante, haciendo uso de su característico efecto vampírico.
            — ¿Quién dijo que no quiero hacerlo, bruja? Me muero por clavar mis colmillos en tu piel, créelo — afirmó con vehemencia, tomando el mentón de la joven y forzándola a mirar sus ojos. — Dejaría tu cuerpo sin una sola gota de sangre. La preservaría para disfrutar eternamente de tu sabor y divertirme con tu destino, incluso sin siquiera esforzarme. No dudes que me colmaría de placer desgarrar tu piel y tus huesos, arrebatarte el ojo y llevarlo como un precioso collar.— Se relamió los labios, y con una mirada intensa, se acercó peligrosamente a la chica de cabellos llameantes, hasta que su rostro quedó a la altura de su cuello. Sin que Bonnie ofreciera resistencia alguna, Lilith hundió su rostro en el pálido cuello de la joven, amenazando con revelar sus colmillos y morderla. Inhaló profundamente su inebriante aroma, sintiendo cómo aceleraba su corazón. — Nunca he probado el sabor de una mujer, podría empezar hoy — susurró, su aliento acariciando la piel de Bonnie. — Un nuevo platillo para mi dieta — añadió antes de inhalar nuevamente su cautivador aroma. Luego, de manera abrupta, se alejó, creando una brecha significativa entre ambas. Le guiñó un ojo con picardía y, sin previo aviso, desapareció en un abrir y cerrar de ojos, utilizando sus misteriosos poderes.
            

— Psicopata. — Siseó. Aunque le gusto que dijera “hombres” y no personas o mujeres. Hombres. Lilith disfrutaba acabando con los hombres, destrozándolos, haciéndolos completamente de su propiedad y no porque le gustaran, sino porque le gustaba el control. Era fascinante. Y lo cierto es que cualquiera podría caer a sus pies con solo una mirada y terminar de caer en sus trampas, incluso Bonnie, pero con ella parecía haber límites. Podía hacerla llorar y gritar hasta que le ardieran los ojos. Pero sus torturas tenían principio y final, luego la dejaba en paz, como si se contuviera. — ¿Por que yo no? — Preguntó de repente en un tono bajo y temeroso. — ¿Por que no, simplemente, acabar conmigo? Podrías hacerlo si quisieras, yo lo sé y tu también. Podrías matarme ahora y morderme hasta que solo quedaran mis huesos. ¿Por que no? Acaba conmigo. — Está vez fue ella quien dio un par de pasos adelante. Dispuesta a plantarle cara. 

@SoyLilithSalvatoreGH 
            
            Bonnie quedo inmóvil en su lugar, con la respiración entrecortada y los ojos aún húmedos. Podía sentir el aliento cálido de la vampira contra su piel, y sintió miedo, y a la vez, placer. Con los ojos clavados en sus labios, temiéndolos y deseándolos al mismo tiempo. Nisiquiera le contestó, se tensó ante su tacto y de su boca se escapó un suspiro, seguido de varios jadeos por lo difícil que le estaba resultando respirar en ese instante, con el pecho subiendo y bajando brutalmente. Estaba asustada como un animalillo débil, pero no podía decir que eso le disgustaba porque ciertamente no lo hacía, no del todo. El frío volvió a golpearla cuando el aura vampírica de la chica se alejó de ella y el aire volvió a entrarle en los pulmones. — No me engaño, voy a ser la mejor bruja del siglo y honraré el nombre de mi familia. — Balbuceó aún recuperando la compostura. Esa frase no salió con toda la seguridad que había planeado, porque tenía un temblor insoportable en las rodillas y un cosquilleo amargo en el estómago. Era como si su dolor y sus lágrimas fueran el elixir de Lilith. Parecía disfrutar de tenerlo, quería poseerla de una forma algo extraña. Y Bonnie era un blanco fácil, porque dos solas palabras podían dejarla en el suelo como un pajarillo muerto de un tiro. Y Lilith siempre lo conseguía, para luego marcharse con su afilada sonrisa.