—el azabeche fue incapaz de contestarle a la pelirroja frente a ella, con rapidez corrió hasta sus brazos, aferrándose como si temiera que la mayor fuera a desaparecer si se alejaba—
Mamá..
—sollozó con suavidad—
¿Puedo darte un abrazo? Tengo miedo de que sea producto de mi imaginación, no sabes lo mucho que deseaba poder conocerte en persona, eres igual de linda como lo describían..