¡Mi bebé! No sabes cuanto me alegra verte, roja. Se lo estresada que estás con todo esto, y me preocupas, más después de el ataque de la madriguera. Todos están asustados, sobre todo la abuela, que por cierto tampoco la he visto. ¿Te encuentras bien? Espero que si, sabes que aquí estoy para lo que sea.