Fred.

¿Deseas compartir tu anterior paradero conmigo? Te busqué por horas, Louve, y lo único que conseguí fue a un idiota de Slytherin diciéndome que estabas en la habitación de Lament. Lo que me sorprende, teniendo en cuenta que le colocamos un steleus junto a George. ¿Tienes algo para contar? Puedes sumarle a que ciertos rumores dicen que le estabas curando las heridas que le dejé el último partido. ¿Desde cuándo trabajas con Pomfrey, eh? La última vez que lo verifiqué —que fue cuando curaste las mías, por cierto— no eras tan buena en aquello. ¡Te extrañé también, Louve Granger! Que pareces haber olvidado mi existencia hoy.

Muy graciosa, ¿estás tomando cursos con payasos? No me sorprendería. ¿Con un ángel? Realmente te fumaste algo, Louve. Mierda, detente con estas bromas por unos segundos o terminaré ahogado de tanto reírme. ¿Intenciones? ¿Tu forma de actuar ahora se basa en sus notorias intenciones? Merlín. ¿Sabes, Louve? Sería mucho más fácil si solo admitieras que estás muriendo de celos ante otras chicas mirándome. O ante la atención que podría darles. Y no sabía que tenía que ser tan exacto contigo teniendo en cuenta que me conoces mejor que cualquiera; si es necesario arreglarlo, no las miro en lo absoluto. Puedes quedarte tranquila. Dije que fue gran parte del almuerzo, no todo el día. ¿Lo empeorarás diciendo que te pasaste el día mirándolo? Porque, a diferencia de tu mecanismo, sé cuándo y qué cosas debo decir, por lo que no me tiembla la boca al decir que sí siento celos. Envidia no, claro está, teniendo en cuenta que puedo sentir tu mirada en mi nuca constantemente... excepto cuando está en él. No me gusta, Louve. ¿Entonces te están comenzando a gustar las serpientes? Olvidas que no sólo ellas tienen venenos y, además, tienes una perspectiva demasiado alta de ellas. Son solo cobardes. No me sorprendería si aparece con la cara partida en un par de días a clases. O en cuestión de horas. 

¿Tan ingenuo parezco? Sólo es necesario observar tu rostro por unos cuantos segundos para saber que te molesta. Y sueles hacer las mismas muecas cuando sientes celos: tus labios se transforman en un puchero, tu ceño se frunce y sueltas constantes suspiros que no puedes contener. Sin contar la mirada de muerte que le das a todas las chicas que me miran de más. Eres un libro abierto para mí, Louve. Y, cabe destacar, está la diferencia de que apenas miro a esas chicas, mientras que tú no pareces salir de mi panorama. Oh, vamos, Louve Granger. Te pasaste gran parte del desayuno observándolo en su mesa correspondiente, por lo que no fue difícil no saberlo. ¿Tengo poder acerca de todos los comentarios que hacen sobre mí en nuestra mesa? Entendiendo tu punto, me parece más que injusto lo que dices. Y no tengo porqué soportar unos cuantos intercambios, menos charlas; ¿desde cuándo siquiera soportas mirar a los de esa casa? Tus gustos son bastante diferentes. Lo haría, pero debemos estar a mano, ¿no es así? las mostraré cuando tú lo hagas. Y cuando tenga planeado algo más sorprendente.

¿Tendría que ocultar los frutos de mi buen trabajo? Después de todo, todo mérito es mío y puedo mostrarlo cuánto desee. Me fascina cuando dejas salir esa faceta; aún más cuando colocas en evidencia tus celos obsesivos por tener otras chicas mirándome. O babeando por mí, utilizando tus palabras. ¿Te tranquilizaría el tener la confirmación de que sólo salto en un pie cuando se trata de ti como mi mascota y teniendo tu atención personal? Te lo he dicho antes, ¿no es así? Tu atención es suficiente para mí cuando, por supuesto, es sólo mía. Y teniendo en cuenta que estuviste bastante ocupada observando a cierto imbécil de Slytherin por la mañana... creo que tendrás que seguir escuchando aquellos murmullos en el Gran Comedor, porque no me cubriré. De estar en otras circunstancias, quizá me lo pensaría. ¿Deseas que te paguen sólo por eso, Louve? Ilumíname entonces, ¿cómo deseas ser pagada? Tengo un sinfín de ideas en mentes y sé de antemano que tú también.