— La pelirroja apreciaba la vista desde la caravana, en su mente recorrían miles de pensamientos y recuerdos que seguramente se llevaría a su tumba, y aunque no estaba segura de su plan, si estaba segura de que no dejaría que Vecna se aprovechara de más adolescentes, incluso sus propios amigos. En el fondo, ella era un mar de sentimientos jamás expuestos. Sus pensamientos fueron interrumpidos al ver al principal de sus sentimientos más hermosos: Lucas. Lo escuchó mirándolo a los ojos y después de sus palabras bajó su mirada y suspiró dejándolo hablar, sabía que estaba molesto con ella y asustado a la vez, pero no podían hacer nada más que esto.— Lucas…— Trató de encontrar las palabras adecuadas y sus ojos comenzaron a picar enfrente del mayor, pero solo tragó saliva y aguantó sus lagrimas.— Esto es lo que debe suceder, ¿si? Sobreviviré, estaremos bien, y sino, quiero que…— Tomó una de sus manos con algo de timidez.— Quiero que lo superes, que me superes, quizá voy a doler para toda la vida pero no quiero que pierdas la tuya por esperar algo que seguramente ya nunca podrá suceder, ¿bien? — Y aunque era crudo, no era nada más que la pura verdad.—