¡¿Pero qué carajo...! ¡Mierda! ¡Eres tú! Casi me matas de un susto. Quita esa sonrisa de la cara o te voy a dar un puñetazo. Llevo horas esperándote, rubia oxigenada, ¿dónde estabas? ¿Y Emma? No puedo creer que me hayan dejado sola en el tren para irse a chismear con Edgar y Amelia. ¡Qué traición! Al menos espero que me hayas traído algunos dulces, o te vas a tragar mi silencio hasta nuevo aviso.