Debo admitir que en la Sala de Profesores nadie entiende mi humor por las mañanas como tú. Pásate por aquí en algún tiempo libre que tengas, ¿quieres? Te lo ruego. Mierda, Lu. Esa oficina es un infierno, ¿Lydia te visita al menos o no puedes desconcentrarte para nada? Hoy Sirius vino al colegio, te aseguro que me alivió el resto de la semana... Merlín, qué anciana sonaste. De todas formas, estos niños son peores que nosotros, o tal vez aún me cuesta adaptarme a los ritmos de ser profesor. Pero está todo bien, no me disgusta. Tal vez desearía ver a mi esposo más seguido.