No, no, decime que pasó, soy todo oídos corazón —sonrio por el agarre que su amado había hecho, así que aún tomando su rostro lo acerco a el dejando varios besos en su mejilla izquierda— ¿Por qué sos tan hermoso? —bajo sus manos a su cadera acercándolo más a él haciendo nulo el espacio, pero luego su mano izquierda iría a sus propios lentes subiendolos sobre su cabeza para estar más a gusto con el contrario, aquella mano iría a la mejilla de este mientras se acercaba a plantarle un beso en sus labios.