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SoyAshSoxadruksau
Buenas tardes, cariño. ¿Cómo estás? Espero que muy bien.
@SoyMaegorVyranthar
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︩︪͡ິິ ︩︪͡ິິ ︩︪͡ິ ︩︪͡ິ◞ 薔薇: drops of silver ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤand red wine
Al regresar, Maegorion encontró un hotel que había cambiado en su ausencia. La experiencia vivida en el refugio le otorgó una visión única y habilidades que lo hicieron destacar. Aunque estaba listo para abrazar completamente su naturaleza vampírica, también llevaba consigo una conexión profunda con el mundo natural que había experimentado durante su infancia. En el Hotel de las Sombras Eterna, Maegorion se convirtió en un puente entre las distintas facciones y comunidades, utilizando su experiencia para unir las partes de su identidad. Su regreso marcó el inicio de una nueva etapa en su vida, donde se dedicó a perfeccionar sus habilidades vampíricas y explorar la conexión con el mundo natural que su madre representaba. Maegorion Vyranthar, ahora más maduro y centrado, representa el equilibrio entre la oscuridad y la luz, una figura que recuerda cómo la distancia y el tiempo pueden moldear a una persona y prepararla para enfrentar su destino con renovada fuerza y propósito.
Desde su nacimiento, Maegorion Vyranthar estuvo destinado a una vida única, marcada por la unión de la esencia vampírica y la gracia de las ninfas. Sin embargo, su vida tomó un giro inesperado cuando su madre, una ninfa de la Casa Sylpharion, desapareció repentinamente cuando él tenía apenas cuatro años. Su padre, Arion Vyranthar, preocupado por la seguridad de su hijo en el peligroso entorno del Hotel de las Sombras Eterna, decidió enviarlo a un refugio apartado para protegerlo de cualquier amenaza. Durante los siguientes 50 años en tiempo vampírico, Maegorion creció alejado de la vida sobrenatural que había conocido, desarrollando una conexión más profunda con la naturaleza en el entorno natural donde fue criado. Aunque estaba lejos de las sombras del hotel, su educación le permitió explorar y abrazar su lado más luminoso, influenciado por la ausencia de su madre y el entorno natural que le rodeaba. A la edad de 50 años en su tiempo vampírico, Maegorion regresó al Hotel de las Sombras Eterna. Este retorno no fue solo un regreso físico, sino una transformación personal. El tiempo fuera del hotel le permitió madurar y entender mejor sus habilidades, y ahora abrazaba su herencia vampírica con una nueva intensidad. La distancia de su entorno original le proporcionó una perspectiva renovada sobre su identidad, permitiéndole aceptar y fortalecer su lado vampírico.
Maegorion Vyranthar es una figura que representa tanto la majestuosidad como el conflicto interno. Su vida y legado en el Hotel de las Sombras demuestran que incluso aquellos que parecen tener todo bajo control pueden luchar con profundos sentimientos de melancolía. Su capacidad para mantener el equilibrio entre dos mundos y su papel como mediador eficaz reflejan la capacidad de encontrar armonía en medio del conflicto, mientras navega por su propia búsqueda de sentido y propósito.
Buenas tardes, cariño. ¿Cómo estás? Espero que muy bien.
hola, hola, maegor. deja a mi abuelo en paz, gracias. yo ando hablando de tu papasito. el mundo me trata de la verga, pero así me gusta, si. ¿q hay de ti?
Buenos días, Mae. Ya no sé cómo actuar contigo, jajajan't.
Defiendeme de la perra esa.
estamos igual, maegor. aunque me gusta ser centro de atención, no me molesta compartirla con alguien tan maravilloso cómo tú. gracias por tu bienvenida, ¿cómo te ha ido?
Debo admitir que me sorprende la cantidad de híbridos que he visto a lo largo de los años, pero usted ha sido uno de los que más perplejo me ha dejado... Creo que debo decir bienvenido, aunque podría asegurar que usted ha estado muchos más años viviendo aquí que cualquiera. En fin, bienvenido sea.
Había escuchado un poco sobre ti, pero no con tanta certeza. ¿Eres Maegor? Mucho gusto y bienvenido, soy Kaia Athanasiou, pero dejémoslo en Kaia. Espero que tengas una linda estancia aquí.
Creeme, si fuera blasfemia, te lo diría. Al contrario, escuché tu historia por ahí, las ninfas suelen saber mucho de lo que se relacione con ellas, no sabes cuánto. Mm, más o menos, se podría decir que si.
Bienvenido seas al Hotel Shadow. Espero que tengas una estadía emocionante por acá, ojalá podamos llevarnos bien.
Comprendo totalmente, ¿no te molesta que de igual manera te llame por ese apodo? en caso de que sea así puedo buscar uno distinto. Me encuentro bien, un poco aburrido quizá, pero es algo que se puede resolver. ¿Cómo estás tú?
Maegor, es todo un placer. Trataré de aprenderme tu nombre rápido, he notado que somos muchos ya en el hotel y es difícil aprenderse el nombre de todos. Yo soy Nathaniel, suelen decirme Nath por lo general.
¡MAEGOR!
Bienvenido seas, espero que logres tener un gransiosa estadía y que puedas llevarte bien con todos.
Mhm, bienvenido seas. Debes de ser un híbrido, espero no equivocarme pero creo poder reconocer a otras personas con el mismo problema de dualidad que yo.
La urgencia en su voz era clara, pero también la certeza de que esto era más que un momento pasajero. Ashtaryoth había encontrado en Maegor algo que lo completaba de una manera que nunca antes había experimentado. Y ahora, atrapado en ese beso feroz, no quería más límites, solo quería a Maegor.
Ashtaryoth sintió cómo las palabras de Maegor resonaban en su interior, como una corriente de fuego que alimentaba su propia pasión. El calor del momento era casi abrumador, pero no había ninguna parte de él que quisiera detenerse. Cada caricia, cada roce de los labios de Maegor contra los suyos lo hacía desear más, como si finalmente estuviera donde siempre había pertenecido. La sonrisa que sintió en los labios de Maegor hizo que sus propias defensas se desmoronaran. Aun así, se permitió disfrutar de esa vulnerabilidad, sabiendo que estaba a salvo en los brazos del híbrido. La ferocidad del momento se contradecía con la delicadeza con la que lo tocaba, y esa mezcla de fuerza y ternura lo hacía sentir vivo de una manera que no había experimentado antes. ── No he dejado de pensar en esto desde que sucedió... ── admitió entre respiraciones entrecortadas, su voz profunda pero cargada de emoción. ── Desde esa primera vez... supe que no iba a ser suficiente ──. Se inclinó para devolverle el beso, más intenso ahora, su cuerpo respondiendo a cada movimiento de Maegor. Las manos de Ash recorrieron su pecho, aferrándose con una necesidad que ya no podía ocultar. ── Quiero más... no puedo detenerme ahora ──. susurró contra sus labios, su aliento mezclándose con el de Maegor, mientras lo miraba a los ojos, leyendo la misma intensidad en su mirada. Las manos de Ash bajaron por la espalda de Maegor, firmes pero temblorosas, atrapadas entre el deseo y el fervor del momento. Sus labios buscaron los de él nuevamente, pero esta vez el beso fue más lento, más profundo, como si quisiera alargar cada segundo, saborear cada instante. ── Tampoco quiero barreras... ── susurró antes de besarlo de nuevo ── Estoy aquí, contigo, y no quiero estar en ningún otro lugar ──. Se rindió completamente al momento, su cuerpo y su mente alineados en un solo deseo, Maegor.
Ashtaryoth dejó que el momento lo envolviera por completo, sintiendo la intensidad de Maegor como un fuego que crecía dentro de él. La forma en que sus manos lo tocaban, la firmeza y la delicadeza mezcladas, le hacían sentir una conexión única, como si Maegor pudiera leer cada uno de sus pensamientos, cada deseo no expresado. Cuando el pulgar de Maegor acarició su mandíbula, Ash cerró los ojos por un segundo, disfrutando del contacto, de la calidez que se extendía por su piel. El susurro grave de Maegor resonó en su mente, y su corazón latió con más fuerza, consciente de que no había forma de ignorar lo que había entre ellos. Ashtaryoth sonrió apenas, pero no respondió con palabras; no hacía falta. Sus labios temblaban ligeramente, esperando el momento que sabía que llegaría. Cuando Maegor finalmente lo besó, el roce suave de sus labios fue como una descarga que recorrió todo su cuerpo, haciéndolo estremecerse de la cabeza a los pies. Ash respondió de inmediato, sus manos encontrando el camino hacia el pecho de Maegor, mientras se dejaba llevar por la pasión que había estado conteniendo. El beso profundo y hambriento despertaba algo en él que ni siquiera había notado hasta ese momento. ── Lo siento... lo siento todo ──. murmuró entre besos, su respiración entrecortada pero segura. ── Desde anoche... no he dejado de pensarlo ──. Sus dedos se enredaron en el cabello de Maegor, aferrándose con firmeza mientras sus cuerpos se acercaban aún más, eliminando cualquier espacio entre ellos. La urgencia crecía, pero no había prisa, solo un deseo que fluía como un río desbordado, incontrolable. ── No sé cómo detenerme ahora... ── admitió con una sonrisa traviesa, sus labios apenas alejándose de los de Maegor por un breve momento antes de volver a besarlo, más profundamente, más desesperadamente.
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