Ah, mira, tú, qué bueno saber que mi novia se despertó tan generosa como yo. ¿No te parece una linda coincidencia? Parece que vamos a obtener lo que queremos hoy. ¿Hilo rojo? No, no, Lia. Seamos sinceros. Me tienes con una correa, aunque no hace falta, yo iría detrás tuyo con o sin ella. ¿Para después? ¿Me estás emocionado, sabes? Y sería algo injusto sí tengo que esperar para después. ¡Ah! La caja de chocolates, ¿cómo pude olvidarla? La tengo en mi habitación. Sí vienes conmigo, cerramos la puerta y nos quedamos solos, podría dártela con tranquilidad.