⠀✷ Marina Lynn creció moldeada por sus padres como una niña obediente y educada. La joven Turnbow era el retrato viviente de una chica adinerada y malcriada: de esas populares en la escuela, siempre rodeadas de amigas y con chicos aguardando su aceptación para el baile. A pesar de ello —digno de una película adolescente— y de la aparente facilidad de su vida, Marina siempre se sintió ajena, como una impostora entre lo auténtico.
Al cumplir diecisiete años, comenzó a escabullirse de su hogar, aprendiendo a saltar desde el segundo piso, llevándose uno que otro raspón y dolor; pero rápidamente se levantaba y corría hacia la salida. Su destino era un viejo bar en Hawkins, casi oculto del mundo, perfecto para dejar de fingir lo que no era y, también, para las actividades ilícitas que habrían hecho gritar al cielo a sus padres, en abierta desaprobación.
Marina quedó cautivada por las bandas bulliciosas y descuidadas, por la gente vestida con libertad, las historias ridículas y las experiencias nuevas. Entre tantas noches, conoció a un joven con quien —por obvias razones— mantuvo una relación secreta durante meses. Tiempo después, entre descuidos que pasaron inadvertidos, Marina quedó embarazada.
Aterrada ante un embarazo tan joven, decidió contárselo a sus padres. Fue una mala idea. Entre llantos y gritos terminó la conversación, con la mayor de los hermanos de rodillas, fuera de la gran casa, y sus pertenencias esparcidas por todas partes.
