El tiempo pasó tan rápido que a sus diecinueve años ya estaba embarazada se su tercer vástago, quien era hijo del señor tenebroso, Tom Riddle. Ella por el bien de su bebé decidió abandonar la mansión e irse al lugar donde vivieron sus abuelos y su madre de bebé, claro todo eso fue informado al padre de su hijo quien muy apenas la dejó ir, pero nunca la dejaba sin vigilancia, pues aunque Martina no dijera nada habia visto a los pequeños elfos corriendo por su casa unas cuantas veces durante su embarazo. En su estancia en su hogar, el cual era alrededor de un bosque, conocio finalmente a su manada de lobos, los creciente pues todos ellos incluida ella mantenían una pequeña marca de luna creciente en sus hombros. Rápidamente se adaptó al nuevo lugar asi como tambien sus hijos, pero hablando de hijos, el bebé llegó 2 meses antes de lo que tenía que llegar, Martina lo nombró Aegon. Aegon al ser un bebé prematuro nació algo enfermillo pero se curó con rapidez, y apesar de que su padre no estuvo en sus primeros dos meses de vida después si lo estuvo y para sorpresa de Martina, Tom se estaba esforzando en ser un padre pero el tiempo pasaba y a veces él desaparecia pero todo estaba bien. Martina era feliz, tenía cuatro hijos y finalmente no se sentía sola, la primera navidad de Aegon llegó y fue una de las mejores noches que Martina pudo presenciar. Pero, ¿has escuchado que lo bueno no dura para siempre? Pues eso pasó, Martina y Aegon estuvieron solos junto con los gemelos después de diciembre y el caos al final azotó.