— termino el beso en cuanto noto que la falta de aire ya era mutua, dedicándole una sonrisa que dejaba ver una escasa parte de su dentadura, frunció un poco el entrecejo al escuchar sus palabras —. No creo que pueda ser tan duro que contigo — tras apreciar que la rubia se acercaba nuevamente no lo dudo ni por un segundo, acortando otra vez para tomar sus labios, continuando con un compás lento permitiéndose disfrutar al máximo de ese sabor a cereza de sus labios quizás por aquel rojizo labial que estos tenían haciendo una combinación perfecta con su aterciopelado toque, colocó ambas manos a la par de la que ya tenía sobre su cintura abrazándola por ahí, apegandola un poco más a su cuerpo —.