- Estaba atonita, no podía formular ninguna palabra. Su mirada a cada rato se desviaba a la prueba que tenía en sus manos deseando que por arte de magia cambie el resultado. La voz de el mayor se escuchaba muy a lo lejos de lo perdida que estaba en sus pensamientos. - Necesitamos hablar. - Susurró solo para que ellos dos escucharan, fue lo unico que pudo decir.

¿Qué opinas que los niños se queden una semana contigo y una semana conmigo? Voy a tratar de conseguir un departamento cerca de aquí para no quedar tan lejos. 

Ya te dije mil veces que solo es papá de una de las compañeras de Stelle no entiendo porque tanto drama, Nilak. Oh, claro, le gusto demasiado que ya hasta me pidió matrimonio.

¡Nilak! Por dios no encontraba donde estabas ¿Cómo esta Elijah? ¿Te han dicho algo los doctores? Tuve que ir a recoger a Stelle y llevarla con sus abuelos.

Escuchaste a los niños, Siebert. Quieren que me des un beso. - Tenía una sonrisita burlona en su cara aunque le ponía nerviosa que él la volviera a besar. - ¿Me lo vas a dar en la mejilla?

Me parece una idea perfecta y no, no tengo nada que hacer. Me dieron algunos días libres asi que vamonos yendo.

Tal vez estoy aquí porque también es mi casa, Nilak ¿No crees que es algo lógico? Yo tampoco estoy muy contenta de verte. Yo voy a ir por los niños, no te preocupes.