Aemon sintió que el mundo a su alrededor se desvanecía en el instante en que los labios de Orión se unieron a los suyos. Con un suspiro entrecortado, respondió al beso, dejando que su deseo y amor fluyeran libremente. - No puedo creer lo afortunado que soy de tenerte aquí, - murmuró, rompiendo el beso por un momento para mirar a Orión a los ojos. - Cada vez que estamos juntos, todo lo demás desaparece. Eres todo lo que he deseado y más. - Luego, volvió a acercarse, besando suavemente sus labios una vez más, dejándose llevar por el momento.