¿Escribiste eso tú mismo? ¡Guau, enhorabuena, tío, de verdad, eso es muy guay! Se lo acabo de contar a toda mi familia, a todos les parece muy impresionante y me han pedido que te dé la enhorabuena. Quieren hablar contigo en persona, si es posible, para darte sus saludos. También dijeron que se lo contarían a nuestros parientes lejanos en la cena de Navidad y en Nochevieja encenderán fuegos artificiales que deletreen tu nombre. También se lo conté a parientes más cercanos, y tuvieron la misma reacción. Pidieron tu dirección para poder enviarte tarjetas y mensajes de felicitación. Mis amigos no me creyeron cuando les dije que conocía al autor de esta hazaña gigantesca, de verdad, se quedaron atónitos, dijeron que harían que tu nombre resonara durante años y años. Cuando mi vecino se enteró de lo que hiciste, también se quedó completamente atónito, quería saber quién eras y preguntó (si tienes tiempo, por supuesto) si podrías pasar a recibir regalos, felicitaciones y apretones de manos. Con la difusión de la noticia, un poderoso empresario de la zona decidió contratarte como CEO de su empresa por esta tremenda hazaña y al mismo tiempo un importante accionista internacional quiere patrocinarte para que des discursos y enseñes a todo el mundo a hacer lo que tú hiciste para que el mundo sea un lugar mejor. Te has hecho famoso no solo aquí, sino en todas partes, todo el mundo sabe quién eres. La noticia se ha extendido muy rápido y los alcaldes de todas las ciudades están instalando pórticos, globos, altavoces colosales, cualquier cosa que pueda hacer que tu nombre destaque más y ver qué ciudad puede felicitarte más por esta magnífica hazaña.
