algo que miguel había aprendido por las malas, era que no siempre podía darse todo por sentado. no podía negar que quería ser feliz, así que cuando vio la oportunidad de hacer eso realidad, intervino... intervino en un universo al que claramente él no pertenecía. y se permitió a saborear la victoria, un abrazo dulce de su vida diciendo "puedes ser feliz". sin embargo, el destino tenía otros planes. lo supo cuando aquel lugar extraño al que no pertenecía comenzó a desmoronarse en su delante, siento únicamente peter b. parker el que pudo presenciar ese suceso junto a él. miguel o'hara había destruido un universo entero gracias al egoísmo típico del ser humano y ahora se hallaba sufriendo, añorando el recuerdo de una persona que ya no existía: su hija, bueno, la hija de su variante.
ya había perdido la cuenta, miguel seguía mirando la fracción del video donde convivía con la gabriella y él reía felizmente. una sonrisa nostálgica surcó su rostro, mezclada con dolor. fue cuando escuchó un golpe torpe contra una superficie de metal, captando su atención en el proceso. peter había tropezado, no queriendo llamar su atención y eso sólo le hizo suspirar, viendo al omega con cierto desprecio por su torpeza.
—ah, peter... eres tú —murmuró, bajando de la base con los controles en ella. al estar al mismo nivel que el castaño, el pelinegro se acercó más, casi aspirando su aroma. era... dulce—. ¿ya fuiste a la cafetería a comer o aún no?
