☪︎⋆./juega con el cuarzo entre los dedos, como si solo estuviera distraída. Lo observa un momento a contraluz, luego lo gira en su palma con la yema de los dedos—. Dicen que los cristales eligen a su dueño. —comenta en un tono casual, como si no tuviera mayor importancia. Luego, sin darle más vueltas, extiende la mano y lo deja en la palma del otro—. Tómalo. Parece que este te ha elegido. Y, bienvenido seas.