Ángeles caídos custodian los portales del silencio.
Lugares desolados, son irrumpidos por los malos.
Entre las ruinas susurran los nombres de antiguos reyes, reinos quebrados por manos corruptas.
Falsos profetas levantan sus voces como ecos en el viento, prometiendo salvación mientras siembran condena. El cielo permanece cerrado, oculto tras nubes de hierro, y sólo la memoria recuerda la luz que alguna vez brilló.
Porque aquí, en el borde del fin, la esperanza es un secreto que pocos se atreven a pronunciar.