Entonces sí es como una
Diosa. Pero si no le gusta,
me callare.
—Asintió decidida con una
sonrisa de oreja a oreja
fingiendo sellar su boca con
un candado.—
No, la muerte de cualquier
forma nos llega, tenerle
miedo es como temer que
tus decisiones te castiguen.
Soy Rasha, por cierto.
La miré y ladeé la cabeza confundido por su repentina aparición. —No me interesa recibir una bienvenida. — Fruncí el ceño. —En realidad, no busco nada señorita. — Hablé con cordialidad y amabilidad. —No necesito ningún trago, ni ninguna conversación.
—No soy humano, pero no suelo entender bien el sarcasmo. — Rasqué mi nuca con nerviosismo y una sonrisa nerviosa. —Tampoco soy mortal, creo. — Fruncí el ceño confundido. —Mucho gusto, soy Owen.
Sigue siendo increíble
para la cantidad de
veces que he visto a la
muerte llevarse a unos
y regresarlos después.
Harper, Roy Harper,
todos me dicen Roy.