Vaya, he de decir que en todo lo que he escuchado sobre ti, nunca me habían dicho que tenías una forma de expresarte tan conquistadora, querido. Qué te puedo decir, tengo buenos genes y le hago justicia a mis raíces. Aunque tú no te quedas atrás, amor, ¿de seguro que no eres un Dios? Posees una belleza tan etérea que estoy empezando a creer que sí. Te agradezco la bienvenida, guapo.