Leyendo tus relatos al microscopio se me ocurrió este tema que quería mostrar para esta época de recalentamientos y normas al respecto.
Evarista la bella cirujana inversionista que por no saber usar la fisica casi acaba con la clinica.
Su nombre fue el homenaje de sus padres a un maravilloso abuelo. Los compañeros de su escuela a veces le inventaban apodos y variantes de su nombre, tal vez eso ayudo a estudiar medicina y encontrar solaz en resolver problemas, recortando pedacitos de cerebro.
Logro montar y administrar una clinica con varios colegas, como nacida en este siglo entendió como cuidar el medio ambiente. pronto decidio comprarse un auto electrico y naturalmente algun vendedor la antojó de instalar un cargador rapido para su parqueadero, en el trabajo, asi se aseguraba de mantenerlo listo para salir.
Pronto empezaron los problemas, se disparaban los fusibles de la clínica, se le ocurrio anularlos, y claro, el transformador de la subestacion se estalló.