Considero que en mi posición, mis deseos no resultan tan difíciles de alcanzar; bien podría desear devolver el tiempo pero esto trastornaría el curso de muchos hechos relevantes hoy en día. No obstante, hay algo que no se encuentra del todo bajo mi control y esa es la felicidad de mi pequeño; quisiera garantizarla, por siempre, que inclusive el día que deje este mundo lo haga regocijándose en la mayor alegría y dicha que una vida digna puede ofrecer, quiero que muera viejo y feliz.