¡Oh, qué palabras tan amables, querida mía! Me complace saber que mis palabras son capaces de elevar tus emociones. Es verdad que no intercambiamos más que palabras efímeras, pero tu valoración es siempre bienvenida. En relación a tus deseos de perfeccionar tus habilidades en el escenario, estaré encantada de compartir contigo mis consejos y comentarios. Sabes que sólo valoro pocos consejos ajenos, pero tú tienes un lugar especial en mis apreciaciones. ¡Oh, querida mía! ¿Como estas tú? Has visto humanos, pero los humanos me tienen fascinada. Sus cuellos son tan hermosos y únicos, y no es un secreto que son realmente sabrosos. Madame Musat ha sido tan generosa al mandarme algunas lecciones, y he estado observándolos especialmente a los niños, debo admitir. Sus pequeños cuellos son tan vulnerables y apetecibles que me resulta difícil resistirme a la tentación.