SoySamaraBuckley

⠀⠀⠀⣀⣀⣀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀
          	⠀⡴⠉⠀⠀⠀⠈⠀⠠⠄⠀⠉⠁⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⢀⣤⣤⣴⠄
          	⠠⠀⠀⠀⠀⣰⣄⣀⣴⣓⣶⣤⣤⣶⣶⣶⣶⣶⣶⣿⡿⠿⠟⠻⣿⣻⣪⡼
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SoySamaraBuckley

✮ ⠀  Trabaja junto a Robin y Steve en la radio local, donde la mayoría del tiempo se encarga de cables, grabaciones y risas compartidas fuera del aire. Los fines de semana extrae sangre a los donantes de Hawkins con la misma delicadeza con la que afinaba su guitarra, y a veces también cuida a los niños del barrio cuando las madres necesitan descansar. Siempre lleva una libreta pequeña en el bolsillo, donde anota melodías que se le ocurren mientras Daisy duerme sobre su pecho. Sus días avanzan entre pañales, turnos de radio y niños que la abrazan sin avisar, pero a pesar del cansancio que intenta pegarse a sus huesos, ella sigue encontrando belleza en las pequeñas cosas: el llanto convertido en risa, un acorde que todavía recuerda, un silencio compartido con Robin cuando Daisy se queda dormida en el estudio.
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SoySamaraBuckley

⠀  Samara Buckley creció entre discos rayados, risas inevitables y el ruido amable del caos que compartía con su hermana mayor, Robin. Mientras Robin hablaba rápido y pensaba más rápido todavía, Samara era la melodía tranquila de la casa: una chica que encontraba refugio en su guitarra y en los acordes repetidos hasta que sonaran como debía. Tocó un par de años con Corroded Coffin, mezclándose entre distorsión, humo barato y la energía cruda de los martes por la noche en The Hideout. Fue allí, en un martes cualquiera entre cervezas calientes y amplificadores temblorosos, donde conoció a un mochilero que estaba de paso. Él tenía ojos de alguien que había visto demasiado camino y manos que temblaban como si sostuvieran historias ajenas. La conexión entre ellos fue rápida, inesperada, casi un accidente del destino. Hablaron hasta que cerraron el bar, caminaron por Hawkins sin rumbo y terminaron en una noche que no buscaban, pero que de alguna forma los encontró a los dos.
          	  
          	  ⠀  El mochilero siguió su ruta, como prometió desde el principio, y ella nunca le guardó rencor porque algunas personas son estaciones; otras, trenes. Ahora, en la actualidad, Samara es madre soltera de una bebé risueña de un año y algunos meses llamada Daisy que huele a talco y a algo parecido a un futuro luminoso. Samara la lleva a todos lados, como si tuviera miedo de que el mundo la tocara sin que ella la sostuviera primero.
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SoyMunsonEddie

Hola. 

SoyMunsonEddie

Es un juego mental, lo dices para que después yo te diga que necesito comprobar que son las mejores de Hawkins. Lo cual también voy a hacer. Sí, lo sé. Era broma. Te perdono por salirte de la banda (no lo hago). NO FUERON DOS SEMANAS. 
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SoyMunsonEddie

Estás sobornándome con galletas. Y obviamente voy a caer. 
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SoyMunsonEddie

Así como cuando te fuiste. 
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SoySamaraBuckley

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✮ ⠀  Trabaja junto a Robin y Steve en la radio local, donde la mayoría del tiempo se encarga de cables, grabaciones y risas compartidas fuera del aire. Los fines de semana extrae sangre a los donantes de Hawkins con la misma delicadeza con la que afinaba su guitarra, y a veces también cuida a los niños del barrio cuando las madres necesitan descansar. Siempre lleva una libreta pequeña en el bolsillo, donde anota melodías que se le ocurren mientras Daisy duerme sobre su pecho. Sus días avanzan entre pañales, turnos de radio y niños que la abrazan sin avisar, pero a pesar del cansancio que intenta pegarse a sus huesos, ella sigue encontrando belleza en las pequeñas cosas: el llanto convertido en risa, un acorde que todavía recuerda, un silencio compartido con Robin cuando Daisy se queda dormida en el estudio.
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⠀  Samara Buckley creció entre discos rayados, risas inevitables y el ruido amable del caos que compartía con su hermana mayor, Robin. Mientras Robin hablaba rápido y pensaba más rápido todavía, Samara era la melodía tranquila de la casa: una chica que encontraba refugio en su guitarra y en los acordes repetidos hasta que sonaran como debía. Tocó un par de años con Corroded Coffin, mezclándose entre distorsión, humo barato y la energía cruda de los martes por la noche en The Hideout. Fue allí, en un martes cualquiera entre cervezas calientes y amplificadores temblorosos, donde conoció a un mochilero que estaba de paso. Él tenía ojos de alguien que había visto demasiado camino y manos que temblaban como si sostuvieran historias ajenas. La conexión entre ellos fue rápida, inesperada, casi un accidente del destino. Hablaron hasta que cerraron el bar, caminaron por Hawkins sin rumbo y terminaron en una noche que no buscaban, pero que de alguna forma los encontró a los dos.
            
            ⠀  El mochilero siguió su ruta, como prometió desde el principio, y ella nunca le guardó rencor porque algunas personas son estaciones; otras, trenes. Ahora, en la actualidad, Samara es madre soltera de una bebé risueña de un año y algunos meses llamada Daisy que huele a talco y a algo parecido a un futuro luminoso. Samara la lleva a todos lados, como si tuviera miedo de que el mundo la tocara sin que ella la sostuviera primero.
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