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Aleksandr “Sascha” Dyatlov, apodado “El Chispa”, nació el 30 de marzo de 2000 en Moscú, Rusia. Primo directo de la familia Rizhsky, Sascha se convirtió en un miembro peculiar del clan, no por ambición sino por la inevitable combinación de su talento natural para el caos y su vínculo familiar. Hijo de Oleg Dyatlov, un hombre que creía que todos los problemas se solucionaban con vodka, y de Nadezhda Dyatlova, hermana de la matriarca del clan, Sascha creció entre disciplina, sarcasmo y un toque de locura heredado.
          	  
          	  Desde niño, mostró un talento innato para meterse en problemas y salir ileso. Experimentos que explotaban, bromas que confundían a todos y planes que nadie entendía… hasta que, sorprendentemente, funcionaban. Su familia pronto lo apodó “El Chispa” porque donde él aparecía, algo raro pero espectacular siempre sucedía.
          	  
          	  Su rol dentro del clan Rizhsky se definió gracias a su creatividad más que a la violencia. A diferencia de otros miembros, Sascha prefiere distraer rivales con concursos de baile, esconder dinero en cajas de galletas para gatos o inventar disfraces ridículos para reuniones importantes. Su primer “trabajo oficial” consistió en distraer a un rival mientras otros ejecutaban un plan serio; nadie esperaba que alguien hiciera eso, pero sí, funcionó. Desde entonces, su reputación creció como el primo impredecible que convierte cualquier misión en un espectáculo lleno de confeti, gatos y risas nerviosas.