⠀⠀⠀𝑹𝒊𝒈𝒆𝒍

／ No tuvo más opción que dejar ir la conversación. El pequeño frote de su mano entre sus cabellos lo habían relajado. 
            Decidió confiar en su seguridad, dándole a entender que estaba bien con un asentimiento. Abrochó el casco, y en cuanto sintió que su novio se había ubicado, le dio una pequeña palmada en el muslo como aviso de que iban a partir. 
            El albino aceleró la motocicleta, sintiendo el rugido del motor bajo su cuerpo. El viento comenzó a azotarlos, y si no fuese por el casco, el cabello de Rigel estaría tirando de para atrás. La carretera se desplegaba ante ellos, y el aire estaba lleno del olor a gasolina.
            A medida que ganaban velocidad, aquel sintió la adrenalina correr por sus venas, en definitiva había sido el mejor capricho que le habían concedido.
            La motocicleta rugió al subir una cuesta, el mirador estaba cerca, y Rigel podía sentir la emoción creciendo en su pecho. Esperaba que su novio estuviera disfrutando del paseo tanto como él, hace ratos que no hacían algo así. 
            En cuanto llegaron, se estacionó en un lugar seguro, y esperó pacientemente que su pareja se bajara.          En estos momentos no puedo bajarte como una princesa, ya me disculparás. ／ Soltó una carcajada, esperando que aquel lo hubiese escuchado.

／ El albino había dicho las cosas con el tono menos contundente, pero la ira al recordar aquellos acontecimientos no la pudo esconder.    Lo lamento. ／ Fue lo único que pudo decir, dejando el tema atrás. Esa sonrisa que tanto lo caracterizaba se expandió al escucharlo, ¿Cómo era posible que cada cosa que el pelinegro dijera lo hiciera sentir una punzada en el corazón?.      Tu compañía la hace estupenda. ／ Hizo una pequeña mueca, negando con su cabeza; no podía sentirse seguro así.    Pensé en tus nenes, pero me sentiría más seguro si usas el casco. No va a pasarme nada a mí.  ／ Tomó el papelito entre sus manos, leyendo aquella dirección para luego buscarla y ubicarse. Asintió despacio, y volvió a extender el casco, esta vez dejándolo entre sus manos para poder correr a subirse en la motocicleta, esperando que su amado le siguiera. 

No tienes la razón, simplemente no podrías comprenderlo. ／ No podía culparlo, él no sabía bien la historia. Puso su mano en puño y levantó su pulgar, significado de que así se encontraba mejor.   Es verdad, por eso ésta tiene que ser estupenda. ／ Alza ligeramente sus cejas al escuchar su propuesta, asintiendo al instante.    Me parece que es una idea espectacular, y que no deberíamos demorar más. ／ Dejó un rápido beso sobre la frente del mayor, y en cuanto se separó, recordó que sólo había un casco. Claro que solucionaría eso rápido, así que tan sólo tomó este y se lo extendió, esperando que lo recibiera.   Quiero que estés seguro, dame la dirección e iremos.

Pero ellos no tienen por qué saber eso, ¿O te sentirías mejor diciéndolo? Mira, no te preocupes mucho por eso. . . Es pasado, ¿Sí? Nadie va a juzgarte ahora. ／ quería darle un besito más, pero al verle la cara y su reacción, no pudo evitar la risa que se le escapó. Ocasionó en él otro sobresalto, esta vez fue incluso más impredecible, cosa que lo dejó con los labios medio abiertos.   Oye, eso no es justo. . . ／ Iba a vengarse, no ahora, pero en algún momento. Relamió sus labios mientras le escuchaba; lo estaba convenciendo, y a pesar de que la situación le iba a divertir, no quería seguir hundiendo a su pareja en el consumo. Tan sólo asintió, aceptando.
                 Me parece interesante, y sólo por esa razón lo acepto. Uhm, comprendo, pero es un buen paso para dejarlo, o al menos dejar de hacerlo tan seguido. ／ Comentó esto último en voz baja, pocos segundos después dándose cuenta de que su vista pasó a otro plano y que ya no tenía buen control de ella, hasta ponerle sus gafas, veía incluso mejor ya que pronto pudo divisar el rostro del pelinegro.    Cállameee~ ／ hizo un zumbido de deleite, orgulloso de por fin sacarle unos cuantos jadeos. Buscó sus labios, encontrándolos con tan sólo haber ladeado su cabeza. Retrocedió un par de pasos, chocando con la pared y dejándose descansar; sus manos no se detuvieron y empezaron a dejar delicadas caricias con unos cuantos apretones, mientras lo hacía moverse sobre él. 

Mis padres no saben quiénes son los Shimada, y si lo supieran, no te juzgarían. Confía en que todo saldrá bien, corazón. ／ Comentó con seguridad, porque sabía qué tipo de personas eran sus padres, aunque aún temía decirles todo. 
            Un tanto juguetón, mordió con delicadeza su mejilla, dejándola llena de saliva y sobretodo, más roja que la otra. El pequeño apretón en su cintura lo hizo dar un pequeño saltito en su puesto, apenas y soltando un ínfimo suspiro. 
                 No fumo mucho, pero sé lo que es. Mis padres me enseñaron a tomar con coherencia, y a no probar otras cosas, aunque a veces desobedezco. . . ¿Ah, sí? Yo sigo insistiendo en que es mejor así. ／ La tela negra no tapaba del todo sus ojos de lo delgada que era, dando la sensación de ser algo transparente, aunque la oscuridad no hacía notarlo. El peliblanco tomó un momento para subir su mano hasta la  tela, descubriendo así uno de sus ojos celestes.             Ajá, y no juegues conmigo porque el que va a llorar soy yo. ／ Imitó un pequeño puchero, mientras deslizaba nuevamente ambas manos por toda la figura del adverso hasta llegar a sus glúteos, obligándolo a juntar nuevamente sus caderas al hacer presión.

Todo irá bien, corazón. ¿Cómo? Si es sobre presentarte a los padres de tu ex ¡Ni me cuentes!  ／ Nuevamente haciendo drama como broma.
             De forma ligera dejó el besito sobre su mejilla, y al notar el aumento de su sonrojo, no pudo más y dejó salir una mini carcajada. ¿Un rato más? No era como si Rigel deseara separarse, en realidad lo obligaría a quedarse con él si era necesario. No comentó nada, e incluso quedó más en silencio al ser tocado de tal forma; las yemas de sus dedos rozando su piel lo encendían, pero también reconfortaban su sentir; justo en ese momento estaba teniendo una mezcla de emociones, porque en definitiva lo extrañaba. 
            Tragó saliva, pero luego sonrió, sabía que tenía pensado eso pero aún así no le permitiría fumar nuevamente. Volvió a mirarlo mientras negaba. 
                 ¿Y no se puede sin ello? Juro que así podrás disfrutar más de mí. ／ Subió su mano hasta su mentón, manteniendo el agarre para que mirara directamente a su rostro. 
                  Mejor ya ni hablemos de eso. Has encendido la llama, y dudo que quieras apagarla tan rápido. 

Tengo la sensación de que te recuerda a algo, pero no quiero preguntar. ¿Ah, sí? A ver, yo quiero.

Lo compré. Entonces, ¿Te gusta? Puedo usarlo para muchísimas cosas. 

Está bien, está bien. Algún día te voy a raptar para que estés sólo conmigo. 

Eso ya no sería robar. (⁠´⁠ ⁠.⁠ ⁠.̫⁠ ⁠.⁠ ⁠`⁠)

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Lo merezco aún así, y tendrás que hacerlo si es que quieres que haga algo más. ¿Con eso piensas controlarme? ¡Casi siempre me comporto mejor que tú! ／ Frunció sus labios, esperando que eso le ayudara a aguantar más; tragó saliva al sentir aún la presión de la mordida. 
            Relamió sus labios gustoso, acercándose poco a poco hasta su rostro a la misma vez en la que él lo hacía, correspondiendo casi de inmediato a ése beso. Sus ojos rodaron con diversión, hasta caer en cuenta que él no podía verlo. El calor lo estaba consumiendo, y en un par de segundos estaría derritiéndose, estaba seguro de eso, más por la venda que seguramente tendría que quitársela.
            Miró detenidamente sus movimientos, y el sentimiento de lujuria crecía aún más. El verlo de tal forma lo ponía así, tanto que pensaba que pronto no podría controlarse, pero quería mantener el orgullo para que le rogara. 
                    ¿Me darás mi espectáculo? ／ Corrió a llevar su mano hasta su miembro, delineandolo con un par de dedos, prácticamente acariciándolo como si fuese una flor.
                   Hagamos un trato. ／ Su tono de voz mantenía lo juguetón y carismático, pero no se podía negar que ésta se había puesto incluso más atractiva al hablar más bajo. 

. . . No mientes, pero más que todo eso, a mí me gustaría que me dieras un espectáculo. ／  Sus mejillas se pusieron rojas más que como un tomate, ya que al pensar en ello, no pudo evitar imaginárselo tal y como lo quería.
            Apretó sus labios mientras relajaba su cabeza al tirarla hacia atrás, recostandose con más seguridad. 
                Entonces, si me prefieres a mí, ¿Por qué sigues insis—
            ／ Se le escapó un leve gemido, no pudo contenerlo. Su piel se puso tal cual a la de una gallina, sin saber cómo reaccionar.        No empieces así porque después no me voy a resistir~ ／ Comentó con picardía, reincorporando su postura como pudo y quedando con aquel cara a cara.
            Posó su mano sobre la suya, aumentando la velocidad y ayudándole con la resistencia. Escondió su rostro en su cuello, aspirando ese aroma que tanto le gustaba, al igual que no faltaban los pequeños besos que le proporcionaba. 

Y no es nada malo, cariño. Si no deseas relajarte, eso ya no es mi problema. ／ Le respondió de forma burlesca, hasta sentir su mano sobre su pecho; no pudo resistirse, y posó la suya por encima, hasta que se apartaran. 
            Apenas pudo soltar un pequeño suspiro al sentir cómo su ropa era quitada, pero más lo tomó por sorpresa el ser empujado contra la cama. Alzó una de sus cejas incrédulo, negando con su cabeza ante lo que había dicho. 
                  ¡No necesitamos un estúpido juguete! Mi cuerpo pide otra cosa. ／ Trató de contradecirlo, pero sus mejillas se habían ruborizado, y en su piel pálida era más que notorio.
            Tomó el mentón ajeno con su mano, acercándolo bruscamente hasta su rostro. Pasó su lengua por los cerezos del ajeno, tratando de provocarlo.
                  Mírame, y dime que no prefieres lo otro. ／ Habló con el tono más ínfimo que pudo, dejando que lo ronco sobresaliera. 

Creo que he mencionado mucho sobre la situación de esas "guerras", y dudo que regañarte o rogarte que te quedes, nunca será suficiente.  ／ Comentó demostrando su disgusto, pero no quería que la sonrisa que estaba apreciando en ese momento, se fuera. 
            Abrió sus ojos como platos y asintió ligeramente.
            ¡Quién sabe! Si andas peleando o comiéndote con ellos.
            ／ Ante esa distorsión del tema hizo cara de asco en broma.  Volvió a ser interrumpido por otro gesto lindo, haciendo que sus mejillas se pusieran coloradas. 
            Le miró con seguridad, agarrando su mentón entre una de sus manos.
            ¿Sí? Yo digo lo mismo. Es la primera vez que llego a amar tanto a alguien, no quiero que te vayas de mi lado. 
            ／ Quiso llevar control de las cosas, pero no pudo, así que sí cayó sobre el adverso, soltando una gran carcajada. 

¡Pero tampoco es para negarmelo! ... ¿Peleaste? 
            ／ Parpadeó un par de veces, y retrocedió para verle, notando esa sonrisa que lo dejó bobo. Frunce sus cejas ligeramente.    Con quién me estabas engañan— ／ sus palabras le cerraron la boca, no pudo continuar en ningún momento. Quitó sus gafas y tapó sus ojos, lo cual era casi inútil porque de igual forma podía ver, y se sentía observado.        ¿D—de verdad? No me vaciles. . . Yo te amo demasiado, Iliar. ／ Hizo un pequeño pucherito, no pudo resistirse, y volvió a lanzarse sobre él.

¿Estás negando mis mimos? ／ Para qué lo iba a negar, él también quería. No pudo ignorar esas caricias, lo tenía como un perrito rogando por atención; apoyó su mentón sobre su hombro, aprovechando para dejar pequeños besos sobre su cuello. 

vuelve.