Mi preciosa rubia, por fin apareces. No tienes idea de la emoción que me da verte aquí, ya estaba a nada de ir a buscarte yo misma. Comenzaba a preguntarme dónde te habías metido, pero la espera valió la pena. Ahora que casi todas estamos reunidas, creo que nos debemos una buena salida, algo a la altura de nosotras. Después de todo lo que hemos soportado con esa gente, merecemos olvidar sus caras por unas horas y pasar un buen momento juntas ¿no?