⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀RED LAMB.

No me molesta que seas un amargado, Siri. De hecho, todo lo contrario. Me encanta cuando te pones así. . . de ese modo, también me alegra que seas tú. Eres de las pocas personas con las cuáles me he sentido realmente cómoda estando en esta Tierra, todo sigue siendo tan. . . nuevo para  mi familia y para mi, por supuesto. Pero, una cosa es segura. Estoy feliz de haber coincidido contigo.

¿Cerebrito? Esa es nueva. Me gusta, yo sólo. . . quería estar segura de que no te sintieras presionado, sí sabes qué puedes expresarte conmigo, ¿Verdad? Q-quiero decir. Soy nueva también en esto de estar con alguien, así que estaremos experimentando el uno con el otro. Realmente tengo mucha ilusión de estar contigo.

¿De verdad? Sé que no eres de los que admite sus sentimientos de una y está bien, de verdad. No quiero que te sientas presionado u algo por el estilo por estar conmigo.

Nosotros. ❤︎

— Está bien. . . De verdad, supongo que sólo necesitaba alejarme del caos que causé en mi familia. Gracias por aceptarme y dejar que me quede aquí — La pequeña rubia soltó un suspiro tembloroso contra el pecho del castaño, sintiendo cómo el peso que arrastraba empezaba, por fin, a aflojarse. Sus dedos se aferraron un poco a la tela de su camisa, como si temiera que al soltarlo todo volviera a desmoronarse.
            
            — Necesitaba estar lejos — volvió a repetir, un poco más bajito —. Y aquí. . . me siento a salvo contigo.
            
            Alzó la mirada un segundo, apenas, buscando la suya.

El portal se abrió con un chasquido suave. Valeria dio un paso dentro sin dudar, sosteniendo una pequeña mochila contra su pecho mientras la luz azulada le iluminaba el rostro.
            
            —Sitri… — murmuró apenas, más para sí que para él.
            
            La energía cambió en cuanto cruzo. El suelo del hogar de Sitri se materializó bajo sus botas, cálido, estable y completamente distinto al laboratorio que había dejado atrás.  
            
            —¿Estás ahí? —Preguntó, ya avanzando como si la casa fuera un territorio familiar.

Portal. Con eso no se enterarán de que salí de la Torre.

Mucho.

Y odiar es una palabra bastante fuerte, mi querida Watson.

Me gusta molestarte.

muy bien, ¿tu qué tal, cielo?