No quiero sonar demasiado narcisista, porque no es mi estilo, pero cada vez que alguien hace alusión a esa belleza, no puedo evitar sentir el rojo carmesí inundar mi rostro. Me encantaría que pudiéramos formar un vínculo amistoso, las alianzas jamás están demás. ¿Te molestan, y eso por qué? ¿Sobre mis orejas? Pero si son hermosas... ¡Oye! Soy bastante alta, de qué hablas...