dos frecuencias. dos pulsos del deepspace link. un solo corazón. esto era imposible. un portador solo podía tener un tipo de resonancia, un enlace singular. pero solstice tenía dos: una cálida, expansiva, que los científicos llamaron apogee; y otra fría y punzante, conocida como perigee. esta dualidad la convirtió en un misterio viviente… o en una amenaza latente. los investigadores comenzaron a llamarla “la ruptura del cielo”, porque su existencia dividía lo establecido. los civiles, que solo conocían rumores, la apodaban “la que trae luz en invierno”, una figura casi mitológica que aparecía donde había peligro. los enemigos, incapaces de rastrear su patrón vibratorio, le dieron el título de “el eco imposible”. para los chicos… solstice significó algo diferente para cada uno. para quien la observa con frialdad científica, solstice es una ecuación sin resolver, un desajuste hermoso. para quien se aferra a ella en medio del caos, es su sol que se esconde y su noche que calma. para el que teme el futuro, ella es la constante. para el que busca redención, es la luz que no duele. para el que ríe con ella, es simplemente sol, su claridad personal. solstice se unió a artemis corps no por obligación, sino porque aprendió que la dualidad de su corazón podía salvar a quienes amaba. en misiones, es un punto de equilibrio: puede suavizar impulsos emocionales desbordados o amplificarlos hasta romper estructuras de control enemigo.