Solo con esas palabras, el que
siempre le esten diciendo así en
los entrenamientos ya es aburrido.
Tal vez nunca, encima te queda bien,
lobito. Ya veo, es bueno saberlo.
¿Airecito? debo admitir que me causa
mucha gracia. Yo bien, no puedo quejarme.
¡Spencer! Qué bueno es verte nuevamente. ¿Sigues cuidándote de la luna llena o tendré que atarte a una silla para que evites ocasionar estruendos? Es agradable tenerte por aquí.