𝖳𝖺𝖽𝗁𝗀

Perfecto para mi, me gusta los pin matutinos. ദ്ദി(ᵔᗜᵔ) 

Te creo totalmente, se ve que tienen una relación bonita, y no te preocupes se queda como un top secret, te lo prometo. (๑•  •๑) ME IMAGINO, yo estoy apunto de terminar, justo me falta una bienvenida de contestar pero luego soy libre, temporalmente, pero libre. Una celebración bastante digna a mi parecer ¿de qué era la gaseosa?

POR SUPUESTO QUE SÍ. Tú mandame todos los pins que quieras, gustes y deseas. !! (ᵕᴗ ᵕ⁎)

En navidad te doy lo que compré 

Chi :3 

Acabo de regresar después de las compras de navidad 

¡buenas noches! descansa, ojalá pases una muy linda noche y tengas lindos sueños, recuerda que te quiero, te adoro y te amo mil ocho mil. ❤︎

A mimir, mi polluelo 

Casi ponía un icon de mi protegido JAJDJAJAJJAJAAA TwT

Casi se me va, e iba a llorar 

Te dedico mi hora favorita ❤︎

Una sonrisa suave se dibujó en su rostro al escucharlo. Aquellas palabras, tan sencillas y dichas sin reclamo alguno, lograron aflojar algo en su pecho. Bajó un poco la cabeza para mirarlo mejor, aunque sus ojos ya empezaban a cerrarse, y apoyó con más firmeza el brazo que lo rodeaba, como si quisiera asegurarle que no pensaba irse a ningún lado.— Si dicen algo… que digan, quizá no debutó por eso pero...—respondió en un murmullo bajo, cargado de una calma segura—. No pienso moverme. —Su mano siguió recorriendo su espalda con lentitud, trazando líneas tranquilizadoras que subían y bajaban, adaptándose al ritmo de su respiración. Ajustó un poco más la manta, envolviéndolo mejor, y con los dedos acomodó inconscientemente un mechón de cabello que se había deslizado sobre su frente. El gesto fue automático, íntimo, propio de alguien que conocía cada detalle del otro. Cuando escuchó la risa suave, dejó escapar una exhalación casi divertida, apoyando su frente contra la sien de su amigo. Notó de inmediato el pequeño esfuerzo que hacía por no quedarse dormido. Sus párpados se levantaban apenas, como si lucharan contra un peso invisible, su intención era clara: quedarse despierto, seguir hablando, prolongar aquel momento. Una sonrisa tranquila se formó en sus labios al darse cuenta. Apretó un poco más el abrazo, lento y cuidadoso, dejando que su cuerpo se convirtiera en un apoyo seguro. Con la yema de los dedos, continuó acariciando su espalda en movimientos constantes, casi hipnóticos, siguiendo el ritmo pausado de su respiración.— Si tienes mucho sueño, cede a el. Sabes que no me iré de aquí, tendremos mucho tiempo para hablar. —Su pecho subía y bajaba con calma, y el latido firme que ofrecía como refugio parecía invitarlo a rendirse por completo al descanso. Apoyó el mentón sobre su cabeza, quedándose quieto, consciente de cómo el peso de su propio cuerpo se volvía cada vez más relajado entre los brazos ajenos.

La carpa estaba en silencio cuando el más alto entró con pasos suaves, casi medidos, procurando no hacer ruido. Su figura morena se recortó apenas bajo la luz tenue mientras llevaba consigo una manta doblada con cuidado, sostenida contra su pecho como si fuera algo valioso. Sus ojos buscaron de inmediato a su mejor amigo, y en cuanto lo visualizó se acercó despacio, dejando la manta a un lado por un instante, y se sentó junto a él. Con una delicadeza poco habitual en él, pasó una mano por su brazo, un contacto tranquilo, reconfortante, lo justo para anunciar su presencia sin sobresaltarlo.— Ven —murmuró en voz baja, casi un susurro. Abrió uno de sus brazos y lo atrajo con calma hacia su pecho, acomodándolo contra él. El abrazo fue firme, envolvente, pero lleno de cuidado, uno de esos que no apresuran, que simplemente están ahí. Ajustó su postura para que su amigo quedara cómodo, apoyando la cabeza donde el latido era constante y seguro. Tomó entonces la manta y la extendió con paciencia sobre ambos, asegurándose de cubrirlo bien, subiéndola un poco más por sus hombros para protegerlo del frío. Sus dedos se demoraron en acomodar los pliegues, eliminando cualquier arruga que pudiera incomodarlo. 

¿Kieres un abracito ahora? *Ojitos*