Thalina Vaelorian, la hija menor del noble matrimonio entre Cedric Vaelorian y su segunda esposa, Elara Vaelorian, nació bajo un augurio de grandeza. Desde su primer aliento, el destino le otorgó un vínculo especial con su dragón, al que nombró Nyxareth. Este imponente ser, con sus escamas relucientes y su feroz lealtad, se convirtió en la compañera inseparable de Thalina, quien encuentra en ella no solo una montura sino un confidente y una amiga.
En el bullicioso hogar de los Vaelorian, donde las intrigas y las rivalidades son tan comunes como el aliento de los dragones, Thalina se siente a menudo como una sombra al margen de la atención que reciben sus hermanos mayores. Sin embargo, lejos de resentir esta falta de protagonismo, ella la abraza, apreciando la libertad que le otorga. Prefiere la serenidad de los cielos abiertos a las sofocantes paredes de su hogar, y a menudo se la puede ver surcando los vientos en la majestuosa compañía de Nyxareth, lo que a veces causa la preocupación de su madre Elara.
Thalina es una joven de espíritu libre y extrovertido, cuya alegría se manifiesta en su risa contagiosa y en su inagotable energía. Detesta el confinamiento y las ceremonias, pero al ser una de sus obligaciones el estar presente en todas, intenta mostrar una buena cara en aquellos eventos.
A pesar de su tendencia a evadir los conflictos familiares, su corazón alberga un amor profundo e incondicional por cada uno de sus hermanos. Las disputas y los rumores que rodean a su familia no logran empañar su afecto, y ella opta por mantenerse al margen de los conflictos, observando desde su posición de relativa invisibilidad.