Tom, cariño, puedes llamarme por mi nombre. Agradezco la muestra de respeto, dice muchísimo de la crianza que recibiste, pero pronto seremos familia, así que dime Rachel. Sobre lo de tu nombre, es un alivio saber que es Elliot y no el otro, pero ahora no me podré sacar de la cabeza a Patricio de Bob Esponja cuando conversemos. ¿Cómo la estás pasando?