Charlotte.

Oh, pues lo decía en serio.. me agrada verte, siempre me has resultado alguien amigable. No pasa nada, es bueno escuchar que te encuentras bien. Entonces yo soy el que está perdido, tendré que buscar ese artículo que mencionas, ya me entró curiosidad.. pero no le veo lo malo a ser un fashion icon así lo tomaré como un halago. No mucho, cosas irrelevantes hasta el momento ¿tú sí?. No, no estamos en las mismas clases, soy un año menor.. o dos, creo que dos años menor de en el que estas. 

¿El qué? ¿que fue un gesto amable o que se alegran de verte?. Entiendo, perdón si te incómodo que preguntara.. pero no me dijiste cómo te encontrabas, al final solo hablaste solo algo de tu familia ¿tú te encuentras bien?. Yo estoy bastante bien, no tengo de que quejarme y me agrada como está yendo todo hasta el momento. ¿"Fashion icon"? JJAJ ¿y eso de dónde salió? Siendo honesto nunca he escuchado que se refieren a mi como un fashion icon, tal vez esté un poco perdido de las cosas que salen de mi en internet. 

Charlotte Winchester, la menor de tres hijas, creció con una personalidad burbujeante y caprichosa, resultado de una infancia rodeada de celos y altas expectativas. Una madre conocida como la arquitecta perfecta y un padre con maravillosos estudios y dinero limpio le dieron a sus hermanas mayores un trato que no podría describirse más que como "una mano de hierro, y otra de lana". Todo lo contrario ocurrió con la menor de la familia: para ella abundaba el amor y la atención, y un trato demandante pero comprensivo por parte de sus padres y tutores.
            
            El precio de la buena fama de su familia fue alto: interminables tardes rodeada de hombres que se creían superiores y mujeres que escondían una envidia mortal detrás de sonrisas falsas, en las tertulias que su madre recreaba con devoción. Para ella, esas reuniones eran una jaula de cristal; hermosa pero fría. Sus hermanas mayores fueron durante años su inspiración, ejemplos a seguir que parecían tener todo bajo control. Sin embargo, fueron también lo contrario a un refugio: los celos por la atención de sus padres las llevaban a dejarla de lado en varias ocasiones a pesar de sus esfuerzos por agradarles. 
            
            Una vez cumplió trece años, su rebeldía ante las imposibles expectativas de su familia se hizo presente, ganándose aún más el odio proveniente de sus hermanas y la decepción de sus padres. El deseo de encajar combinado con su personalidad extrovertida le concedieron relacionarse con personas de la alta sociedad que rápidamente comenzarían a llamarla alguien vacía y aprovechadora, a pesar de la naturaleza confiable de la chica.
            
            Claramente no le importó limpiar su nombre o (según su familia) ensuciar y hundir el apellido Winchester. Tomó como lema "que crean lo que deseen creer", y a los quince años, gracias a la repentina decisión de su padre, fue internada en Saltburn, siendo una de los pocos estudiantes que residen allí desde tan corta edad.