/ Que la navidad llegara ponía un poco tensa a la Marshall pues no era una celebración que le gustaba después de sus 5 años, pero ahí se encontraba terminando de arreglarse para pasar la navidad con sus ahora tres hijos, los cuales dos de ellos llegarían en un rato más y el pequeño Aegon estaba por el suelo gateando mientras la acompañaba; el menor de cinco meses de vida iba vestido con un trajesito color marrón y una camisa blanca que la híbrida sabía que no duraría mucho tiempo en estar limpia. Mientras eso sucedía en el piso de arriba nunca presto atención al ruido que se escuchaba en el piso de abajo, ruido que los elfos hacían al llenar de regalos abajo de su árbol navideño, la híbrida se había dado por vencida y sabía que aquel mago padre de su hijo no iba a aparecer como llevaba siendo en los últimos meses.
Una vez estuvo lista, tomó en brazos a su pequeño y se dispuso a bajar las escaleras para poder asegurarse de que lo de la cena estuviera perfectamente en orden y de paso alimentar al menor pues ya era hora.